Silviano Carrillo Cárdenas (26 de diciembre de 1884 en Pátzcuaro. Michoacán) Fue un sacerdote y obispo mexicano, 5to obispo de culiacán y fundador de las Siervas de Jesús Sacramentado.
Inició sus primeros estudios en Pátzcuaro. Entró al Seminario de Zamora (1871). Continuó en el Seminario de Guadalajara (1872-1884).
Fue ordenado sacerdote por el Excmo. Sr. Don Pedro Loza Pardavé, Arzobispo de Guadalajara, el día 26 de diciembre de 1884.
Sacerdote incansable; sembrador de la paz y la justicia, defendió a los obreros, indígenas y campesinos. Entre los múltiples trabajos de su labor pastoral, siempre se dio tiempo para el apostolado periodístico. Fundó varios periódicos: La Unión Católica, La Luz de Occidente, El Trabajo, El Esclavo del Sr. San José y el Niño.
A raíz de esto, unió la Eucaristia a la educación propiciando en los niños ese amor a Dios y el respeto al Sacramento del Altar.
El Sacrilegio
El día jueves 18 de Julio de 1901, ocurrió el más dolido suceso que dio origen a la Congregación de Siervas de Jesús Sacramentado. Una persona robó del Sagrario de la Iglesia de la Puriísima en Zapotlanejo el copón con las Hostias Consagradas dentro, desafortunadamente no se lograron encontrar, pero Silviano en desagravio a Jesus esconid, hizo traer a los niños para ayudarle a pedir perdón por esa terrible ofensa cometida contra su Cuerpo, y haciendo un novenario en satisfacción, colocando al mismo tiempo una lámpara que duraría durante mucho tiempo para recordarles a todos la presencia sagrada de Jesús Sacramentado.A raíz de esto, unió la Eucaristia a la educación propiciando en los niños ese amor a Dios y el respeto al Sacramento del Altar.
Gran Pastor
Su Santidad el Papa Benedicto XV lo preconizó como V Obispo de Sinaloa, y el 24 de febrero de 1921 recibió la Ordenación Episcopal en la Ciudad de Guadalajara, por ministerio del quinto Arzobispo Metropolitano, Don Francisco Orozco y Jiménez. Antes de partir para su Diócesis se despidió de sus religiosas y de sus queridos fieles de Ciudad Guzmán.
Como Obispo y Pastor de Sinaloa, inició una renovación cristiana, centrada en la Eucaristía. Reabrió el Seminario Diocesano y trató paternalmente a los seminaristas, con quienes compartía lo poco que recibía.
Su última labor pastoral, consagrada también a la Virgen Santísima, sólo duro seis meses. Tras una breve enfermedad que rápida y misteriosamente se agravó, el Señor lo llamó para hacerlo partícipe del gozo definitivo el 10 de septiembre de 1921 en Culiacán, Sin., sede de su Diócesis.
El ahora Siervo de Dios, Silviano Carrillo, Obispo de Sinaloa, sigue alabando a su Señor con las palabras que fueron la expresión de su vida: “¡Bendito sea Dios!”
Hombre Espiritual
El Padre Silviano defendió a los obreros, indígenas y campesinos, para quienes organizó sociedades mutualistas, escuelas y talleres de artes y oficios. Trabajó sin descanso por unir a las clases sociales.
Vivió modestamente y fue un padre para los pobres. Estuvo al pendiente de llevarles consuelo espiritual a los presos. Los niños fueron la porción predilecta de su Parroquia, y para ellos fundó y sostuvo escuelas, esforzándose porque fueran, ante todo, centros de evangelización. Fue predicador constante y lleno de fe; promotor de la Eucaristía, de la devoción a la Santísima Virgen y a Señor San José.
Se valió del Periodismo para llevar la Buena Nueva a todos los rincones de su territorio parroquial. Editaba varios periódicos, entre los que sobresalieron: Unión Católica y la Luz de Occidente, donde publicaba artículos en defensa de la Iglesia y la Verdad. Durante la persecución religiosa, iniciada en 1914, fue perseguido y tuvo que permanecer oculto más de dos años.
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